COMER COMO UN CAVERNÍCOLA
A muchas personas nos ha pasado que luego de ingerir alimentos copiosamente pensamos
que hemos comido como un auténtico cavernícola, incluso algunos como mi tía, cuando
se comen una pierna de pavo dicen “me comí una pierna de Brontosaurio”,
evocando a la caricatura de “Los Picapiedras®”, y es que a pesar de tantos
avances que hemos desarrollado, a pesar de tanta tecnología, no podemos
separarnos totalmente de nuestros antepasados cavernícolas; esto se debe a que
nuestra cargamento genético está programado para responder a las situaciones
que se nos presentaban en la prehistoria. Ya varios somos testigos y hemos vivido
las verdaderas luchas de selección natural y el comportamiento Neanderthal en
el Metro de Caracas. Todo esto nos da una introducción para el tema del que
hablaremos hoy “El gen ahorrador de energía”, que nos acompaña fielmente desde
la Prehistoria, convirtiéndose para algunos en un tema de verdadera
Pre-HISTERIA, dada su complejidad.
Hace
millones de años, la mujer más deseada por todos era la antítesis de la de
ahora, para ello el mejor ejemplo es la Venus de Willendorf, la cual con su
voluptuosidad conquistaba a muchos trogloditas, y es que en la prehistoria el
tejido adiposo o grasita era muy apreciado, pues cumplía 3 funciones
primordiales:
1. Protección contra el Frío: se
sabe que personas con bajas reservas adiposas pueden llegar a sentir más frío
que aquellas que tienen una reserva más abundante. En el tiempo actual este
problemita del frío lo hemos solucionado con la ropa, las casa y los calentadores
o calefacción, incluso con el calentamiento global que sufrimos puede ser que
lleguemos a perder parte de esta función termorreguladora de nuestro tejido
graso.
2. Protección ante ataques de
animales salvajes u otras tribus: Este es otra función que actualmente no
necesitamos en gran medida, los animales que nos acompañan están domesticados y
los salvajes no los encontramos en nuestras ciudades; además el hombre cada día
es más civilizado, y avanzamos en ello cada segundo.
3. Reserva Energética ante la
falta de alimento: siendo este último uno de los factores que nos queda
pendiente por controlar, en algunos casos por falta de dinero o abastecimiento
para comer, y en otro lugar las dietas de moda o los malos “consejos”, en los
cuales se promulga evitar alguna comida como por ejemplo la cena; estas acciones
activan nuestro gen ahorrador que busca “protegernos” (bajo la programación de
la prehistoria) reservando y aprovechando al máximo los pocos nutrientes que
ingresa al organismo. Personalmente, siempre lo explico con esta metáfora:
Imaginemos
que estamos ante una situación en la que tenemos cerca de un mes sin encontrar
Harina de Maíz Precocida, conocida por todos como HARINA PAN (valga la cuña
para Empresas Polar), un mes sin comer arepas, empanadas, bollitos, etc. En
este punto algunos me dicen que no hace falta imaginarlo, pues ya lo están
viviendo, sin embargo, no caigamos en controversias y continuemos el ejercicio
mental… quedamos en la imperiosa necesidad de comer arepa y no encontramos la
harina de maíz en ningún lado, y de repente, como milagro del cielo van a mi
consulta y les regalo un bulto de harina de maíz (20 Empaques de 1Kg c/u) ¿Qué harías
tú con ellos? La gran mayoría responde que se comería unas arepas, lo cual es
lógico, pero ¿Qué harías con el resto?, te estoy regalando 20 empaques. La
respuesta es clara: “¡Me los llevo y los guardo!” ¡¡EXACTO!! Eso mismo que estás
haciendo con la harina, es lo que hace el cuerpo cuando se le priva de
alimentos durante mucho tiempo, él es sabio y como ya conoce, por ejemplo, que
en la noche no hay comida y que tendrá cerca de 12-16 horas sin alimento, cuando
llegue la próxima comida él va a agarrar lo que necesita y además va a
almacenar todo lo que pueda de forma muy eficiente, es por esto, señoras y
señores, que las personas que dejan de consumir alguna comida no pueden llegar
a rebajar exitosamente y lo poco que pierden no lo mantienen durante mucho
tiempo.
Esta
reacción no es más que un sistema de sobrevivencia prehistórica, es algo
natural y es lo que se le conoce como un efecto enlentecedor del “metabolismo”.
Para hacer frente a este fenómeno natural está el consejo nutricional de comer,
al menos, 5 veces al día, incluyendo 2 meriendas que buscan saciarnos y
favorecer la “aceleración del metabolismo”. Así que ya sabes, somos Homo
sapiens sapiens y como seres pensantes debemos de comer “Conscientemente”, con
la cantidad y frecuencia adecuada. No te pierdas la próxima entrega en donde
hablaremos del “Comer Conscientemente”, en el aquí y el ahora.
Lcdo. Pablo I. Hernández R.
Nutricionista - Dietista
Caracas - Venezuela
+58-416.408.20.19
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